sábado, 16 de abril de 2016

La carrera del Ensanche de Vallecas o cómo salí de mi 1ª crisis runner

El domingo 10 de abril corrí de nuevo un 10K. La carrera del ensanche de Vallecas, es una carrera no muy grande, organizada por la asociación de vecinos del barrio y en la que el año pasado no pude participar por estar lesionada. En ella te encuentras a tus vecinos, a gente que conoces de vista porque te l cruzas corriendo y eso es muy divertido. Es como ser de una tribu dentro del barrio.








Era mi 2º objetivo del año. la iba a preparar a tope, peeeeero...

Durante la anterior carrera, el trofeo Paris, sucedió algo que no comenté en el anterior post porque no pensé que fuera a tener consecuencias, pero me equivoqué y mucho.
Cuando estaba más o menos en el kilómetro siete y además empezaba a llover más fuerte, sentí una crisis mental, igual era el famoso muro pero a escala de un 10 K,  no lo sé. El caso es que como estaba haciendo un gran esfuerzo por mantener mi velocidad por debajo de seis minutos, de repente sentí que lo estaba pasando demasiado mal, me pregunté si de verdad merecía la pena simplemente por el placer de correr, tener que pasarlo también muy mal.
Pensé que yo no quiero sufrir tanto.

Pero bueno, parece que me equivoqué y ese pensamiento que duró unos segundos, dejó un gran poso en mí y me ha afectado durante los dos meses posteriores. Además tuve una infección muy fuerte en la boca y tuve que tomar antibiótico durante siete días por lo que el cuerpo se resintió mucho y unido a mi estado mental con respecto a correr, ha hecho que viva que mi primera crisis Brunner. Por lo que he leído es muy habitual que esto pase en algún momento.

Hace más o  menos 1 mes, le pedí a mi entrenador que bajáramos el ritmo: no quería seguir entrenando con la presión de seguir bajando mi marca personal por lo que he estado con un entrenamiento muy conservador y perfecto para como yo me sentía.

Así es que me acerqué a la carrera del ensanche sin saber que era lo que iba a pasar: decidí ir sin la idea de mantener la marca de sub 1, ni acercarme. Iba a correr como me sintiera, sobre todo quería celebrar que este año no estaba lesionada y podía correrla.

El día amaneció lluvioso y con viento y. Los organizadores de la carrera habían puesto a varios monitores para que cuidaran a los niños de los corredores que lo necesitáramos y allí dejé a Martín y Aitana. Desde aquí quiero agradecerles este apoyo tan necesario para muchos.

Troté un poquito para entrar en calor y me preparé en la línea de salida. Desde el principio fui bastante bien; estaba pendiente de si me dolía algo pero no surgían problemas. Me uní al grupo de 65 minutos, pero al poco tiempo bien que podía ir más rápido, así es que seguí al ritmo que me pedía el cuerpo.








Empezaron las cuestas arriba y abajo clásicas del ensanche de Vallecas, pero sinceramente, una vez que has corrido por el centro de Madrid y la Castellana con todas las cuestas que hay, estás preparado para estos desniveles sin problemas. 

La lluvia afortunadamente se contuvo durante todo el tiempo, aunque el viento nos frenaba. Me sentía bien contenta y fuerte; notaba que todo iba mucho mejor de lo esperado y cuando sentía que me iba a dar un bajón de cansancio, intentaba recordar lo agradecida que tenía que estar por haber superado mi lesión del año pasado, así es que corrí por mí y por todos aquellos que no pueden correr y quisieran.

Llegué a meta cansada y feliz. 








La media fue 6:05 por kilómetro, apenas 10 segundos más que el anterior carrera así es que lo daba por perfecto para mí.

En la semana posterior no he tenido ningún problema físico más allá de alguna ligera sobrecarga que se ha ido pasando con los días, pero sobre todo, sobre todo haber podido correr esta carrera sintiéndome tan bien y a esa velocidad, ha supuesto un chute de energía y confianza que estaba pidiendo a gritos.

Correr tiene estas cosas.